Add parallel Print Page Options

También se acordó de la maldad de la gente de Beón, pues continuamente ponían trampas y obstáculos a los israelitas y les tendían emboscadas en los caminos. Judas los obligó a encerrarse en sus fortalezas, los cercó y los entregó a la destrucción, quemando las fortalezas con todos los que estaban dentro.

Después pasó al territorio de los amonitas, donde encontró un fuerte ejército, con mucha gente, bajo el mando de Timoteo.

Read full chapter